Premio Woman al personaje más relevante de la comunicación.
Estrellas variadas sobre la pista de circo
El Mundo, 20 octubre 2004
P. Ese tono didáctico que emplea, pero lleno de desparpajo, ¿es para desarmar a los moralistas?
R. No, no, es que sale así... Intento ser yo misma. Gesticulo, me expreso con los ojos o la manos... Cuando hablo, la verdad, es que se me va demasiado la fuerza por la boca. Me tengo que controlar.
Mis rupturas -también me han dejado- no han tenido un componente sexual. Y no creas eso de que porque sea sexóloga o lleve tantos años trabajando en ello me lo sé todo. O que por mi trabajo mi vida sexual sea extraordinaria. No todo siempre es fantástico...Aunque sí puedo reconocer que soy una mujer sexualmente satisfecha.
De la mano de Lorena Berdún todo puede decirse sin que suene nada mal.[…]Felicidades por tanto para la televisión oficial que, aunque tarde, aunque sea a las tantas, se acuerda del espectador de carne y hueso y se olvida del votante o, sobre todo, del más vulgar consumidor de cosas en beneficio de quien espera su deleite de la relación, cuerpo a cuerpo, con algún prójimo exudando humanidad.
La cosa sexual de Televisión Española, continuación de aquel «Me lo dices o me lo cuentas» autonómico, no pasa de ser un ejercicio de desahogado exhibicionismo verbal, alegría de cintura para abajo narrada a medianoche con desparpajo, soltura, pelos y señales. Partiendo de la convicción de que cualquier sitio es bueno para aprender, el programa de Lorena Berdún resulta tan divulgativo como una buena película pornográfica. No hacen falta imágenes explícitas para colocar en la pantalla los dos rombos. A la felicidad por las confidencias del alcoba, porque todo esto del bajo vientre suele gustar y, en su momento, resulta bastante entretenido.
Eliminar tabúes, despejar dudas y hablar de sexo sin fomentar el morbo. Éstos son los objetivos que persigue Dos rombos, un programa producido por El Terrat "divulgativo pero con un toque de entretenimiento imprescindible en televisión", en palabras de Lorena Berdún.La directora y presentadora reconoce que "todavía existen muchos prejuicios. Los jóvenes tienen cada vez menos, aunque es sorprendente y alarmante la cifra de embarazos no deseados". Berdún insiste en que es necesario quitar al sexo el lastre de "pecaminoso", y asegura que el tratamiento visual será siempre "extremadamente cuidadoso y nada explícito. Es más estético utilizar ilustraciones". Tampoco eludirá hablar de asuntos de tanta trascendencia como la violación o los abusos a menores. En estos casos, "se facilitarán los recursos y se pondrá a los afectados en contacto con las asociaciones pertinentes", dice la sexóloga.
La televisiva sexóloga presentará un espacio semanal titulado Dos rombos, que se difundirá por La Primera en horario adulto y conservará el estilo acuñado en el radiofónico En tu casa o en la mía (emitido en la cadena 40 Principales) y reafirmado en el televisivo Me lo dices o me lo cuentas, que Berdún presentó en Telemadrid hasta el pasado marzo.
Este consultorio sexual -que se difundía también por la cadena vasca ETB-2- fue finalista en la última edición de los Premios Emmy, los galardones más prestigiosos de la televisión estadounidense. Poco después de ser retirado de las pantallas del canal autonómico madrileño, Berdún obtuvo el reconocimiento de la española Academia de la Televisión con el premio a la mejor comunicadora del año.
A Lorena, que se ha ganado a pulso estar en primera línea por su talento para abordar el sexo como si tal cosa, con una espontaneidad jamás fingida, de espléndida comunicadora, muy por delante de la adusta solemnidad de Elena Ochoa, o lo que es igual, sin perversión, con sentido del humor y un buen rollo que te cagas. Acudí al programa de despedida con mis compañeros sexulianos Vampirella, Alberto Comesaña, Mili Hernández y Santiago Pazos.
A Lorena se le saltaban las lágrimas. Pero tenía de su parte nuestro calor incondicional, el de su productora, el de su magnífico equipo, el de su encantadora familia, el de su desinhibido público y naturalmente el calor de sus rendidos espectadores.